- Aún no entiendo como saliste del ropero estando mi marido presente....
- Porque tu me dijiste que lo hiciera... - Contesta "el mocho".
- Yo jamás te dije eso. Cuando mi marido llegó, yo te dije que te escondieras en el guardarropas; yo me quede en la cama y simulé estar leyendo la Biblia. Mi esposo me preguntó que leía, yo le respondí en voz baja que leía el salmo 8, él no me escucho bien, y yo le repetí 2 veces: SALMO 8, SALMO 8...
- ¿Salmo 8? - Dice el amante. -YO TE ENTENDÍ; ¡SAL MOCHO! ¡SAL MOCHO...!!!!
Aporte de Anónimo
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